Recuperar el equilibrio: cómo encontrar calma en medio de la rutina
- Montserrat López Rodríguez
- 10 oct
- 1 Min. de lectura
El ritmo actual exige mucho de nosotros. Horarios extensos, multitareas constantes y la presión de los resultados generan un desgaste emocional significativo. Detenerse no es retroceder, es avanzar con más claridad y energía.
La pausa como herramienta estratégica
Una pausa consciente puede transformar tu día. Pequeños momentos de calma permiten:
Reconectar con tus emociones y necesidades.
Mejorar la concentración y la toma de decisiones.
Reducir la irritabilidad y la sensación de sobrecarga.
Ejemplos prácticos:
Respiración profunda: cinco minutos diarios reducen la tensión y activan la calma.
Caminatas cortas: salir a caminar sin dispositivo móvil ayuda a desconectarte y procesar emociones.
Escritura de pensamientos: anotar lo que sientes permite ordenar ideas y aliviar ansiedad.
Mindfulness o meditación breve: practicar diariamente cinco o diez minutos mejora la resiliencia emocional.
Identificar señales de desequilibrio
Es importante reconocer cuándo el estrés empieza a superar tus recursos:
Cansancio constante, incluso después de dormir.
Irritabilidad o mal humor frecuente.
Falta de motivación y desconexión de actividades cotidianas.
Sensación de que no puedes con las responsabilidades del día a día.
Integrar hábitos de autocuidado
Establecer horarios claros para trabajo y descanso.
Practicar actividad física regular.
Mantener una alimentación equilibrada.
Reservar tiempo para hobbies y relaciones personales.
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